Imparables. Los Springboks volvieron a gritar campeón, como hace cuatro años en Japón. Esta vez, en Francia, donde vencieron a los All Blacks por 12-11 en una final increíble.
Sudáfrica es el máximo ganador en los mundiales de rugby: festejó en 1995, 2007, 2019 y ahora en 2023.
Nada que envidiarle a aquella definición de 1995. Faltó el avión, nomás, que sobrevolara las adyacencias de Saint-Denis y su imponente Stade de France. Porque, a juzgar por lo que hicieron en el primer tiempo, fue un típico Test Match: nervios, presión, imprecisiones, y uso y abuso de la patada y el juego con el pie.
Enmarcado tal contexto, Sudáfrica resultó ser más clínico. Manso, tranquilo y con mejor puntería, se retiró al descanso en ventaja por 12-6 merced a los aciertos del único héroe en este lío, Handré Pollard. El apertura se mostró implacable, y capitalizó en puntos las inusitadas indisciplinas de los hombres de negro.
Sin dudas, el cimbronazo de la finalísima -y seguramente de todo el Mundial- acabó siendo la ¡expulsión! de Sam Cane: el capitán de los All Blacks se fue de rosca en una acción de contacto, y vio la consecuente amarilla. No obstante, y tras la revisión de la comisión del búnker, cambio a color rojo antes de la media hora.
Mo’unga no quiso ser menos, ni permitir que los suyos se quedaran rezagados. Por eso, enseguida apuntó a los palos y descontó con sus envíos. A pesar de las inclemencias, y de verse maniatados durante un buen pasaje del encuentro, todavía los neozelandeses mantuvieron sus chances cerquita en el resultado.
Ya en el complemento, se compensaron las fuerzas: Siya Kolisi fue amonestado por una jugada similar a la de Cane, si bien zafó y pudo volver a la cancha después de los obligados diez minutos. En ese lapso, los de Foster se encendieron, aceleraron por las bandas y llegaron al primer try -no convertido, clave-, cortesía de Beauden Barrett.
Su hermano Jordie intentó torcer la historia a cinco del cierre con uno de sus típicos disparos a distancia, al cual le sobró potencia; no así dirección. Kolbe también metió las manos donde no debía y se retiró antes de término: 14 contra 14 y a matar o morir. No hubo lugar a una última opción: ¡Tetracampeones!
Síntesis
Nueva Zelanda (11): Beauden Barrett; Will Jordan, Rieko Ioane, Jordie Barrett y Mark Telea; Richie Mo’unga y Aaron Smith; Ardie Savea, Sam Cane (cap) y Shannon Frizell; Scott Barrett y Brodie Retallick; Tyrel Lomax, Codie Taylor y Ethan de Groot.
Entrenador: Ian Foster.
Cambios: ST 15′, Sam Whitelock por Frizell; 26′, Samisoni Taukei’aho por Taylor, Tamaiti Williams por De Groot y Nepo Laulala por Lomax; 28′, Finlay Christie por Smith; 30′, Dalton Papali’i por Retallick y Anton Lienert-Brown por Jordan, y 35′, Damian McKenzie por Mo’unga.
Sudáfrica (12): Damian Willemse; Kurt-Lee Arendse, Jesse Kriel, Damian de Allende y Cheslin Kolbe; Handré Pollard y Faf de Klerk; Duane Vermeulen, Pieter-Steph du Toit y Siya Kolisi (cap); Franco Mostert y Eben Etzebeth; Frans Malherbe, Bongi Mbonambi y Steven Kitshoff.
Entrenador: Jacques Nienaber.
Cambios: PT 5′, Deon Fourie por Mbonambi. ST 12′, Ox Nché por Kitshoff y RG Snyman por Mostert; 18′, Jean Kleyn por Etzebeth y Kwagga Smith por Vermeulen; 26′, Trevor Nyakane por Malherbe y Willie le Roux por Willemse, y 35′, Jasper Wiese por Kolisi.
Tantos en el Primer Tiempo: 3, 13, 19 y 34′, Penales de Pollard (S), y 17 y 38′, Penales de Mo’unga (NZ).
Amonestado: 3′ Frizell (NZ).
Expulsado: 27′ Cane (NZ).
Resultado Parcial: Nueva Zelanda 6 – Sudáfrica 12.
Tantos en el Segundo Tiempo: 18′, Try de B. Barrett (NZ).
Amonestados: 6′ Kolisi (S), y 34′ Kolbe (S).
Cancha: Stade de France, Saint-Denis.
Árbitro: Wayne Barnes (Inglaterra).
Asistentes: Karl Dickson y Matthew Carley (Inglaterra).
TMO: Tom Foley (Inglaterra).
Fuente: A pleno rugby